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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

domingo, febrero 04, 2018

¡Adiós, Hermanito!


¡Adiós, Hermanito!

Dante E. Zegarra López
AREQUIPA AL DIA
"Cototo" Rodríguez ha fallecido. El infatigable animador de los bingos y de la naciente televisión arequipeña de los años 60, dejó de existir ayer. La noticia de su muerte se propaló como reguero de pólvora. Ha muerto un hombre bueno.
Nunca ocupó un cargo público, salvo el de director de la escuelita del barrio de la Antiquilla. Animador de los telebingos que propalara Surperuana Canal 2, gozó de la simpatía de miles de arequipeños, que hoy lamentan su deceso.
Presentador de zarzuelas y teleteatros de la naciente televisión arequipeña de hace cuatro décadas, saboreó también de la fama y popularidad de los artistas, sin que ello afectara su carácter amical y amable.
Nació hace 75 años, un 8 de junio. Luego de estudiar en la Escuela Normal de Varones, que dirigieran los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle, fue docente y director de la Escuela ubicada en las inmediaciones del mercado del tradicional barrio de la Antiquilla.
Los afanes magisteriales, cumplidos en turnos diurno y nocturno, durante algunos años fueron  ensanchados con la docencia universitaria.
Ayer un infarto al corazón ocasionó su deceso. Este se produjo mientras se recuperaba de las complicaciones surgidas luego de la operación a que se sometió el pasado 8 de enero.
Julio Jesús Rodríguez Delgado, a quien todos  conocían con el sobrenombre de "Cototo", tenía una forma muy especial y sentida de saludar: "¡Hola hermanito!" o "¡Que tal hermanito!".
Con un timbre de voz medio ronco, la alegre entonación de las palabras, la extensión de sus manos convertían a su saludo característico en una expresión muy cercana y profunda de afecto.
Conversador nato, colaborador infatigable de obras sociales, puso su carisma personal a disposición de sus hermanos, en forma desinteresada, sacrificando muchas veces las horas de descanso.
Hombre de Iglesia, vivió conforme a su fe y de él se puede decir que fue "Un hombre bueno", sin que la afirmación sea una lisonja para alguien que murió.
Días antes de su fallecimiento, hizo planes de colaborar en la elaboración de la historia del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, del que formó parte en los años 60.
Viudo desde hace dos años y medio, le sobreviven sus cuatro hijos (Amparo, José Luis, Alvaro y María Cecilia) y ocho nietos del hogar que formó.
Hoy sus restos serán enterrados al mediodía, partiendo el cortejo fúnebre del velatorio de Tahuaycani.