por Dante E. Zegarra López
"El Perú está perdiendo la oportunidad de
aprovechar la fascinación que ejerce Juanita en el mundo", afirma con
énfasis Johan Reinhard, su descubridor.
Aunque el objetivo de nuestra conversación con él
está centrada en conocer mejor al hombre, al investigador, el nombre de
"Juanita" no puede quedar al margen. Y es que el impacto científico
del descubrimiento del cuerpo congelado de la joven tawantisuyana, supera y captura
la imaginación de especialistas y profanos.
De 55 años (en 1998), hombre robusto de 5 pies con
11 pulgadas de estatura, este antropólogo norteamericano conocido en el mundo
entero por sus descubrimientos y asecensiones, ha pasado más tiempo entre
cumbres y montañas que en su país: los Estados Unidos de Norteamérica.
"Yo me crié en un pueblito de Illinois cerca
de Chicago: New Lenox, en donde las posibilidades de hacer exploraciones
excitantes eran muy limitadas. Es una comunidad de agricultores" señala
como explicación.
La fascinación que ha sentido por resolver
"misterios" la heredó de su padre un detective del Servicio Postal,
con quien aprendió los fundamentos básicos de cualquier tipo de investigación.
"De niño solía identificar huellas digitales con polvo que brillaba en luz
ultravioleta. Más adelante, la pesca y la cacería me llevaron a explorar fuera
de casa, y pronto me convertí en un ávido buscador de fósiles",
puntualiza.
Lector frenético de las aventuras de los Hardy
Boys y las de exploradores modernos, pronto se vio atrapado en el desafío que
significa la respuesta a la pregunta ¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo?
Apenas cumplidos los 16 años comenzó a concretar
sus deseos vehementes de aventura, uniéndose a un grupo de trabajadores que
construían una de las líneas ferroviarias de su país. Siendo norteño, compartió
entonces con sureños en su periplo a través del medio oeste norteamericano.
Esta experiencia, como él recuerda, le dejó dos
valiosas lecciones: "Que era capaz de ganarme la vida trabajando duro bajo
condiciones difíciles y que me encantaba aprender sobre gente con trasfondos
culturales distintos al mío".
Con el dinero ganado durante dos años construyendo
líneas férreas, viajó a Brasil, donde tomó contacto con las tribus de la selva.
De retorno a su país se dedicó a bucear, explorar cuevas, escalar montañas y
volar en planeadores.
Tan pronto se decidió por seguir estudios
superiores en la Universidad de Arizona, empezó a estudiar antropología
cultural y arqueología. Su tendencia casi natural a lograr el máximo
rendimiento de sus esfuerzos y su tiempo, lo obligó, luego, a optar por
continuar sus estudios de antropología en el extranjero, en Viena.
"Decidí que aprendería mucho más si estudiaba
antropología en el extranjero, ya que estaría "viviendo" la
antropología mientras la aprendía en un idioma distinto al mío", explica
Johan Reinhard. Complementó esos estudios con otros de cinematografía y de
análisis de lenguajes no escritos.
Con conocimientos y sueños, Reinhard, pronto se
vio envuelto en la aventura de intentar trabar contacto con tribus nómades que
se mantenían en la etapa cultural de los recolectores. Fue tras los Raute,
nómades que no mantenían contacto con los europeos, pero tuvo que contentarse con
conocer algunos fragmentos originales del lenguaje de los Kuscinda y obtener
información sobre las prácticas religiosas de los Raji. En torno a estos
últimos escribió su tesis de shamanismo.
Estando en el Nepal, con la aptitud física que aun
ahora ostenta, Johan Reinhard no desperdició la oportunidad de formar parte de
la Segunda Expedición norteamericana al Everest, cuando sólo se permitían dos
expediciones al año.
Permaneció 31 días en una base ubicada arriba de
los 6 700 metros sobre el nivel del mar. El recuerdo de esta expedición, pese
al paso del tiempo: más de dos décadas, aún lo emociona y lo enoja. Lo emociona
por la fascinación que ejerció sobre él la altura y lo enoja porque lo
obligaron a bajar cuando el deseaba permanecer más tiempo allí.
Después de once años en el Nepal, una invitación
de los ases del montañismo mundial encabezados por George Braum ("La mosca
humana") a las selvas ecuatorianas, le mostró un mundo nuevo por explorar:
el de Sudamérica.
Desde Tierra de Fuego hasta el Ecuador, Johan
Reinhard, "por curiosidad" fue ubicando sitios arqueológicos en las
cumbres. "No me convencieron las explicaciones que me dieron sobre las
ruinas en las cumbres de las montañas y traté de hallar las mías"
puntualiza.
Para encontrar tales explicaciones no tenía otro
camino que recorrer cumbres y más cumbres, al extremo que según el doctor
Evelio Echevarría, catedrático de la universidad de Colorado y ðrominente
miembro del American Alpine Club, afirma que Johan Reinhard tiene el récord de
ascensiones a montañas de seis mil metros sobre el nivel del mar.
No sólo las montañas han ejercido en Reinhard una
atracción especial. También lo ha sido el paracaidismo, estableciendo en su
momento, junto con otras 29 personas, un récord mundial al lanzarse en caída libre
desde casi 7 mil metros de altura y, la arqueología subacuática.
En la práctica de ella en el lago Titicaca, sector
boliviano, le permitió realizar importantes trabajos cuyos resultados forman
parte del Museo de la Isla del Sol y cuya pieza más valiosa, un medallón de la
Puerta del Sol trabajada en oro, él la rescató buceando.
Todos estos logros determinaron que en 1987 Johan
Reinhard fuera laureado con el premio Rolex a la Iniciativa. Recibió la
distinción por su proyecto para estudiar antiguos santuarios situados en
cumbres montañosas, nueve años antes que efectuara el descubrimiento del cuerpo
congelado de "Juanita" en la cumbre del Ampato.
En 1997, Reinhard fue nombrado miembro del comité
de selección del premio "The Rolex Awards for Enterprise". Integraron
este comité, además de Reinhard, el premio Nobel de Física Dr. Leo Esaki; el
entomólogo Giorgio Celli; el periodista Peter Matthias Gaede; la oceanógrafa
Marta Estrada; el ecologista S.A.R Principe Laurent de Bélgica; la astronauta y
neuróloga, Roberta Bondar y, el economista Emil Salim.
Hasta el momento ha escrito 70 trabajos (fuera de
sus respectivas traducciones a diferentes idiomas) pero confiesa, como
disculpándose, "yo no quise ser escritor".
Su último trabajo, una historia sobre
"Juanita", está destinado a los niños.
"Para mi, la más sorprendente experiencia que
tengo desde el descubrimiento de Juanita, es el interés de mundo entero por
ella y en especial la fascinación que ejerce sobre los niños."
"Estoy ahora muy involucrado en la educación.
No pude imaginar cómo a través de contar la historia de Juanita, se podía
enseñar muchos campos de la ciencia, pero lo hemos hecho".
En efecto, este año, entre el 16 y 22 de noviembre
de 1997, en los Estados Unidos los escolares celebraron la Semana de
concienciación sobre la geografía. Como parte de esta Semana, la National
Geograpic Society distribuyó entre los maestros norteamericanos, 250 mil
paquetes con información sobre "Juanita" y otros 33 mil entre
docentes de Puerto Rico.
Aunque el descubrimiento de "Juanita" y
de otras momias le han cambiado la vida, como reconoce Johan Reinhard, para él
es más importante la fascinación que ejercen ellas; le preocupa que el Perú
esté "perdiendo la oportunidad de aprovechar esa fascinación". Al
mismo tiempo se siente orgulloso de haber conseguido una unidad frigorífica
donde se pueda garantizar la conservación del cuerpo de Juanita por muchos años
más. La empresa Carrier Corp. fabricó esa unidad digitalizada, única en el
mundo.
Este antropólogo norteamericano que nunca ha
recibido compensación económica por sus trabajos de campo, ha logrado atraer la
atención del mundo sobre el Perú, interesando a los especialistas en la cultura
inca y pre inca así como a los especialistas de la comunicación global. Logros
de esos afanes se observaron en 1998 cuando el 12 de enero el Discovery Chanell
presentó una película sobre costumbres y rituales andinos y, sobre una
expedición que Reinhard realizó al Pichupichu. En el verano boreal, la cadena
NBC presentó, por su parte, un especial sobre momias; en mayo, la National
Geographic publicó un vídeo sobre Juanita y en diciembre una película sobre la
expedición al Sara Sara, nevado peruano de donde Reinhard trajo el cuerpo de
otra joven ofrendada a los apus incaicos.
Dante E. Zegarra López
Copyright © 1997, Diario Arequipa al día.
Revisado: domingo, 17 octubre 1999.

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