Ponen en valor valiosa pintura mural
Dante E. Zegarra López
Retirando hasta siete capas de pintura y cal, dos restauradoras están poniendo en valor la pintura original con que fueron decorados los muros del Coro Bajo del templo del monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa.
El trabajo realizado por las especialistas, quienes realizan sus estudios finales de masterado en las universidades de Queen en Kingston, Canadá y de Pennsylvania, Estados Unidos, está mostrando la calidad de la decoración que otrora luciera el Coro Bajo. Las labores emprendidas en los últimos días de julio se extenderán hasta finales de este mes de agosto.
Las pinturas las pusimos al descubierto hacen unos quince años cuando, en unos recorridos académicos, advertimos su existencia a partir del descascarado del encalado de la pared. Antes habíamos explicado y mostrado a las guías en formación que las paredes exteriores, de los distintos ambientes del monasterio, lucieron amplias decoraciones y que con el paso de los años quedaron cubiertas por capas de cal primero y luego, finalmente, por el blanco, siena, añil y rojo que lucen los muros catalinos.
La presencia de pan de oro sobre rojo y trazos de líneas azules decoloradas, nos llamaron la atención y el hecho, lo pusimos en conocimiento de la subgerente de la empresa que administra el sector turístico del monasterio.
Posteriormente, tres años después, la presencia del doctor Rodolfo Vargas Vinatea, como curador y conservador de las obras existentes en el monasterio, permitió hacerse una primera prospección. Se hicieron pequeñas calas, retirando las capas de cal y pintura hasta descubrir los trazos originales.
La curiosidad y el deseo de algunos turistas de llevarse como recuerdo algo del pan de oro existente en las paredes, obligó, nuevamente, a la administración a disponer su repintado con color blanco.
La pintura mural, se ha conservado gracias a la costumbre de cubrir las paredes con cal, material que tiende a protegerla.
Ahora, el trabajo que están efectuando las especialistas en restauración de pintura y de arquitectura, es mucho más amplio y no sólo se concreta al retirado, con bisturí, de cada una de las capas de cal y pintura en espera de localizar las decoraciones ordenadas en una estratigrafía vertical.
Las restauradoras, Blanka Kielb y Valentine Gómez, están realizando una serie de calas verticales y horizontales que abarcan toda la altura o ancho de las paredes y, con la ayuda de un bisturí, eliminan paulatinamente las sucesivas capas de pintura que se encuentran sobre el pañete. Van trabajando desde la capa superficial hacia el interior, dejando a la vista un sector significativo de cada uno de los colores encontrados.
Conforme retiran la pintura van aplicando con jeringas adhesivos sintéticos que permiten dar estabilidad a la pintura descubierta. Posteriormente cuando se determine la restauración se podrá proceder a la aplicación de barnices o lacas protectoras.
Lamentablemente el proceso es lento, el área decorada del Coro Bajo muy amplia y el tiempo disponible de las dos conservadores muy corto.

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