Por
Dante E. Zegarra López
Aunque
en los libros de Historia del Perú o en los trabajos históricos de Arequipa,
poco o nada se habla de los Cabildos de Naturales o de Indios, éstos
existieron. Y existieron, a partir de las Ordenanzas promulgadas por el Virrey
Francisco de Toledo, en Arequipa el 2 de noviembre de 1575. (1)
En
Arequipa, hasta donde conocemos documentalmente, existió por lo menos el
Cabildo de los Naturales de la Parroquia de Santa Marta y que tenía jurisdicción,
además de la ranchería y el barrio de indios, la amplia zona de la Pampa
(Miraflores). Debieron existir, también, cabildos en Santa Cruz de la Frontera
(Paucarpata), San Juan Bautista de Characato y en el Espíritu Santo de
Chiguata. Hasta el momento, no tenemos conocimiento documental de ellos.
De
acuerdo a la visión de Toledo, al crear las reducciones y dictar las
disposiciones de su gobierno, se estableció una administración paralela: un
Cabildo para españoles y otro para naturales. En el fondo esto resultó una
alternativa que evitaba a los españoles entrometerse en los asuntos de los
naturales, a los que no comprendían, ni entendían la lengua, ni los usos y
costumbres de ellos.
De
allí que los asuntos de menor cuantía, tanto en el campo civil como penal, quedaron
en manos de las autoridades indígenas, de tal forma que entre ellos arreglaban
sus asuntos. En las causas civiles, las autoridades de Naturales sólo podían
ver las que no pasaran de treinta pesos o los pleitos de posesión de tierras
entre ellos. Y en los asuntos penales, podían imponer penas de hasta un peso o
en su defecto de veinte azotes. Los delitos que merecían penas de mutilación o de
muerte eran causas reservadas al Corregidor, lo mismo que sanciones económicas
mayores. Las autoridades de naturales tampoco podían conocer asuntos entre
indígenas y españoles.
En
las Ordenanzas dictadas por Toledo, trenticinco años después de fundada
Arequipa, puntualizaba que el día de Año Nuevo, los naturales eligieran sus autoridades:
dos alcaldes, cuatro regidores, un Alguacil, un Procurador y un Escribano o
Quipucamayo.
Regulados
los votos, los elegidos debían prestar juramento antes de recibir las varas de
mando. Los alcaldes y regidores debían ordenar al Alguacil Mayor que traiga
ante ellos dos indios para Alguacil que sean el uno para los hanansaya y el
otro de la parcialidad de urinsaya y, otro indio para carcelero, otro para
pregonero y verdugo. Los propuestos debían ser casados y a contento de los
alcaldes.
El
Virrey Toledo dispuso también que los caciques y principales, corregidores y
demás oficiales de la República no se entrometiesen en la elección de los
Alcaldes, so pena de inhabilitación de sus oficios por un año, algo que con el
tiempo se fue relativizando.
Los
caciques estaban impedidos de ser elegidos como Alcaldes o Regidores. Los
indios infieles, los que hubiesen sido castigados por las justicias o
sacerdotes por idólatras, mochadores de huacas, hechiceros, tampoco podían
ocupar esos cargos.
Según
las Ordenanzas de Toledo, que fueron 156,
no debía haber reelección de alcaldes en los dos años siguientes, sin embargo dos siglos
después de estar en vigencia las disposiciones, se produjeron excepciones.
Los
indios y Parroquia de Santa Marta
Los
primeros datos documentales sobre la existencia de un barrio de naturales, se
encuentra en el acuerdo del Cabildo, Justicia y Regimiento de Arequipa,
adoptado el 5 de mayo de 1546 y por el cual el Corregidor debía señalar sitios
para indios y yanaconas. Se precisó los alcances de la medida con el acuerdo de
9 de junio de 1546, que prohibió la existencia de rancherías de los indios en
los límites de la Ciudad. (2)
En
aquellos años la ciudad se extendía, por el Este, hasta la calle que conocemos
como Pizarro; por el Norte, hasta la actual calle Ayacucho y Grau; por el Oeste
las calles Bolivar y Sucre y por el Sur, Alto de la Luna. Es decir que a partir
de ellas, los naturales podían tener sus rancherías. Precisamente en las zonas
conocidas hoy como San Lázaro y Santa Marta, se establecieron los indígenas. En
esa época se llegaba al barrio de Santa Marta a través del callejón de la
Calula.
La
primera información sobre un templo extra límites de ciudad, trata sobre la
ermita de Santa Marta, cuando el 21 de enero de 1555, en Cabildo Ordinario, se
nombra Mayordomo para ella. El templo dedicado a la Patrona y Abogada de
Temblores, tiene un origen posterior.
Tradicionalmente
se señala que Santa Marta fue elegida como patrona y abogada contra los
temblores, en los primeros años de vida de la Ciudad, en base a una información
del Cabildo sentada en el acta del 28 de julio de 1679. Inicialmente su imagen
se encontraba en la Capilla del Cabildo, antes de que se construya su ermita
que dio lugar al templo que posteriormente fue sede de la Parroquia.
Tras
el nombramiento de Santa Marta como Patrona y Abogada de Temblores, el Cabildo
del 2 de agosto de 1555, decidió celebrar su fiesta con toros, tal como en el
caso de la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora.
Con
el establecimiento del Obispado de Arequipa y la presencia de sus primeros
pastores, se realizó el deslinde de jurisdicciones. Así, en 1620, el obispo
fray Pedro Perea, señaló la parroquia de la Catedral para españoles y para
todos los indios, la de Santa Marta. De allí que la primera partida de bautismo
de dicha parroquia tenga fecha el 2 de enero de 1622.
En
1835, el primer obispo natural de Arequipa, José Sebastián de Goyeneche y Barreda,
suprimió esa división eclesiástica en razón de castas. Años antes, monseñor
Goyeneche sirvió allí como Cura Párroco. (3)
La
construcción del templo continuaba en 1677, a tenor del pedido del Cabildo la
Ciudad para que el Corregidor Lugo y Ayala brindase su apoyo. Posteriormente, el
28 de enero de 1678, se estrenó el templo construido en sus dos terceras
partes. Fue el obispo Fray Juan de Almoguera, quien concluyó la obra, a sus expensas.
El
Cabildo de la Parroquia de Santa Marta
Aunque
desde 1575 existían las disposiciones legales correspondientes para que
funcionara un Cabildo de Naturales en cada repartimiento, sólo se tiene
constancia documental de su existencia en la Parroquia de Indios de Santa Marta
desde 1762 hasta 1820.
El
“Libro de Cabildo de la Parrochia de
Señora Santa Marta, de la Ciudad de Arequipa en que se ponen todas las
elecciones de Alcaldes Hordinarios en ella, y demás Oficiales de República de
cada año, y otros papeles e instrumentos tocantes al bien común de dicha
Parrochia desde el año de mil setesientos sesenta y dos, que se prinsipia
siendo Corregidor, y Justicia Mor (sic) el Sr. G, Don Thomas de Irigoia y
Maiora”, en sus 105 folios nos permite conocer quiénes fueron sus
autoridades y algunos hechos vinculados a su funcionamiento. (4)
El
primer hecho relevante conservado en el citado Libro es que la existencia del
Cabildo venía de muchos años antes a la fecha señalada, pues en su folio 3 se
inserta la concuerda de un documento fechado el 26 de octubre de 1691 y suscrito
por don Melchor Lazo de la Vega Portocarrero, Conde de la Moncloa, Virrey y
Gobernador y Capitán General de las provincias del Perú, Tierra Firme y Chile, por
el que resuelve un pedido de los alcaldes ordinarios de la Parroquia de los
Naturales de Santa Marta de la ciudad de Arequipa.
Don
Alejo Challco y don Sebastián Quispe, alcaldes ordinarios de la parroquia de
Santa Marta en aquellos años, a través de Joseph Mejía de Estela, Procurador
General de los Naturales del reino, solicitaron al Virrey despache una
Provisión para que el Corregidor de Arequipa deje libremente al Ayuntamiento
realice sus elecciones el día señalado, sin violentar sus voluntades y, que
sólo asista a la celebración del acto, confirme la elección y que no permita
que persona alguna, sea eclesiástica o secular se entrometa en dichas
elecciones.
También
pidieron que a los elegidos se les guarden las “exempsiones” y preminencias que debían gozar según las Reales
Ordenanzas. Todo ello les fue concedido, en concordancia con las Ordenanzas del
22 de octubre de 1591, dadas en Lima por el Virrey Toledo.
El
Virrey, conde Moncloa, estableció en su Provisión una pena de mil pesos de oro a
favor de la Cámara de su Majestad, a quien contraviniera sus disposiciones.
Los
principales hechos consignados
Oficialmente
desde 1801, se dispuso que se asienten separadamente las elecciones de los
cabildos y las actas de sus reuniones. Hecho que se cumplió en forma
mediatizada.
Anteriormente,
el 13 de mayo de 1784, día de San Pedro Regalado, se consignó escueta noticia
del terremoto que se produjo alrededor de las 7 de la mañana.
La
llegada a su sede, del obispo Pedro Chávez de la Rosa en horas de la noche del
viernes 6 de septiembre de 1788 para alojarse en casa de Mateo Ruelas y, su
recepción oficial el domingo 8, después de las 4 de la tarde, se encuentra
registrada entre las actas de elecciones.
Meses
después, el 20 de enero, el Cabildo de Naturales recibió el encargo de
participar en el recibimiento del Virrey de Río de la Plata, Nicolás de
Arredondo, adornando el suelo con yerbas olorosas desde el Tambo de Bronce
hasta la casa donde se alojaría, además de encargarse de un “golpe de música” a lo largo del camino,
dada la habilidad de los naturales para ello.
Por
otro lado, se registra ampliamente en el Libro, los Breves mediante los cuales
el papa Pío VI, en 1791, otorga indulgencia plenaria a quienes que habiendo
confesado y comulgado visitaren devotamente la Iglesia Parroquial de Santa
Marta de la Ciudad de Arequipa, en el día de la Invención (Exaltación) de la
Santa Cruz o, el Domingo de Pentecostés o en los dos días siguientes a tal
festividad.
Otro
hecho que se consigna en el citado documento, es la decisión de comprar, a
plazos, un órgano para la Iglesia, antes de construir una puerta de acceso a la
Sala Capitular.
La
construcción del camino entre el ingreso a la Pampa (Miraflores) hasta
Cangallo; el anuncio de la visita del Marqués de Avilés en tránsito, desde Río
de la Plata a Lima y su comedida comunicación al Cabildo de Naturales; el
juramento, primero de lealtad y sujeción a la Suprema Junta establecida en
España ante la presencia de Napoleón y, luego a las Cortes Generales
establecidas en la Real Isla de León, o los esfuerzos por adornar su templo y
construir su cementerio, son hechos registrados en el Libro de Cabildo de
Naturales.
Acontecimientos
no registrados
Dada
la parquedad de información contenida en el Libro del Cabildo de Naturales de
la Parroquia de Santa Marta, existen multitud de acontecimientos de los que no
quedaron constancia, pese a que anualmente se elegía un Secretario o
Quipucamayo.
Por
otras fuentes, conocemos de la participación de los naturales de Santa Marta,
en acontecimientos de importancia. El primero de ellos, el episodio histórico
conocido como “La Rebelión de los
Pasquines” que comenzó en Tiabaya el 31 de diciembre de 1779, como una
reacción ante el establecimiento de la Aduana y el aumento de las alcabalas:
“Toda la TROPA PERUANA
despechada con los pechos
trata que queden deshechos
y aniquilada la Aduana”. (5)
La
rebelión acabó el 16 de enero de 1780, en la Pampa (Miraflores) y, como
consecuencia de ello, se produjo el ahorcamiento, en la Plaza Mayor, a las tres
y media de la tarde del 18 de enero, de Bernardo
Mamani, Nicolás Quispe, Simón Chagua Soncco, Asencio Laguna, Marcelo
Chuquicallata y Diego Arias.
Este
hecho determinó que la elección de alcaldes, regidores y oficiales del Cabildo
de Naturales se efectuara recién el 30 de enero.
Otro
acontecimiento, de naturaleza más frívola, pero de importancia en aquella época
que no se registró en el Libro de Cabildo de Naturales fue la participación de
éstos en la continuación de las fiestas por la exaltación al trono de Carlos IV,
en 1790, que organizara el segundo Intendente de Arequipa, don Antonio Álvarez
Ximenes.
El
día 29 de enero festejaron al monarca los indios de Santa Marta, quienes
prepararon una función de fuegos de artificio, la segunda de las distracciones
ofrecidas en estos festejos populares.
Según
el cronista de las fiestas, "se
pusieron en la plaza de toros tres castillos que representaban las tres
principales pirámides de Egipto, uno a la parte del este, otro a la del norte y
el tercero al oeste, cuarta al sur. A las ocho de la noche se iluminó toda la
plaza con tal variedad de luces y faroles que causaba recreo al ver que en la
multitud de ellas ninguna se parecía a otra en la colocación y figura de sus
faroles; la plaza tenía porción de candelabros y, el bullicio de la gente, así
paseando como la que se hallaba en las galerías, cuartos y tablados, era una
infinitud, tanto que no podían parar en pie de tanto pueblo como acudió a ver
los fuegos de los indios de Santa Marta" (6)
Los
alcaldes
Entre
1762 y 1820, el Cabildo de Naturales de la parroquia de Santa Marta, eligió
anualmente dos alcaldes: de primer voto o vara y de segundo voto o vara con
excepción de los años 1813 y 1814, pues los cabildos quedaron suprimidos a
mediados de 1812 hasta mediados de 1815. Los alcaldes fueron:
Año Alcalde de primer voto Alcalde
de segundo voto
1762 Isidro Flores Andrés
Sárate
1763 Pedro Chiquicallata Pedro
Guamachuco
1764 Juan de Dios Reinoso Isidro
Florez
1765 Silvestre Yapo Ambrosio
Suriguamán
1766 Miguel Cava Joseph Pérez
1767 Joseph de Herrera Francisco
Zevallos
1768 Andrés Sárate Julián
Quispe
1769 Marcelo Pomalondo Diego
Taco
1770 Ambrosio Suriguamán Ventura
Choque
1771 Silvestre Yapo Clemente
de la Cruz
1772 Francisco Seballos Joseph
Durán
1773 Joseph Herrera Pedro
de Illatarco
1774 Ambrosio Suriguamán Sebastián
Coa
1775 Joseph Pérez Ignacio Contreras
1776 Miguel Casa Francisco Xavier Chambiarapa
1777 Silberio Yapo Thomas
Ramos Ponce
1778 Ventura Choque Silvestre
Velasco
1779 Francisco Cevallos Antonio
Coa
1780 Pedro Illataco Melchor Pacosonco
1781 Pedro Illataco Bernardo del Pino
1782 Antonio Coa Domingo
Mendoza
1783 Francisco Xavier Chambiarapa Domingo Chura
1784 Melchor Pacosonco Francisco Xavier Amado
1785 Bernardo del Pino Matías Cruz
1786 Bernardo del Pino Pedro de Tinta
1787 Matías de la Cruz Simón Uscamaita
1788 Francisco Xavier Amado Felipe Umpire
1789 Felipe Umpire Nicolás Calderón
1790 Matías de la Cruz Andrés Tinta
1791 Simón Tadeo Uscamaita* Josef Condori+
1792 Mathías de la Cruz+ Bartolomé Guamaní*
1793 José Condori+ José Chura*
1794 Felipe Umpiri Pascual Vargas
1795 Matías de la Cruz Cosme Reinoso
1796 Pascual Vargas Asencio Turpo
1797 Bartolomé Mamani Jorge Mendoza
1798 Pascual Vargas Francisco Taco
1799 Cosme Reinoso Lucas Pacheco
1800 José Chura Dionicio
de la Cruz
1801 Asencio Turpo Manuel Mendoza
1802 Cosme Reinoso Diego Jurado
1803 Francisco Taco Juan de la Cruz Coa
1804 José Chura Félix
Chuqui
1805 Dionicio de la Cruz José León Chuqui
1806 Manuel Mendoza Bernardo Ancasi
1807 Lucas Pacheco Mariano Sanches
1808 Diego Jurado Gregorio
Espinosa
1809 Jorge Mendoza Miguel Chaves
1810 Manuel Mendoza Antonio Mamani
1811 Bernardo Ancasi Pedro Suico
1812° Diego Jurado Lucas
Flores
1815°°
Diego Jurado Lucas
Flores
1816 Bernardo Ancasi Fernando Duran
1817 Antonio Mamani José Cansino
1818 Pedro Suico Francisco
Solano
1819 Jorge Mendosa Juan de Dios Aza
1820 Lucas Flores Bartolomé
García
Notas:
(1)
UNIVERSIDAD
NACIONAL DE SAN AGUSTÍN. Inédita (Revista N° 1). Director Eduardo Ugarte y
Ugarte. 1973. Editorial El Sol. Arequipa
(2)
ARCHIVO HISTORICO
MUNICIPAL DE AREQUIPA.
Libro de Acuerdos de Cabildo N° 2. 1546-1556.
(3)
RADA Y GAMIO,
PEDRO JOSE.
El arzobispo Goyeneche y apuntes para la Historia del Perú. Imprenta Políglota
Vaticana. Roma. 1917
(4)
BIBLIOTECA
FAMILIA ZEGARRA DÁVILA.
Libro de Cabildo. 1762-1820
(5)
GALDOS RODRÍGUEZ,
GUILLERMO.
La Rebelión de los Pasquines. Editorial Universidad Universitaria de Arequipa. 1967
(6)
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN,
BIBLIOTECA NACIONAL,(ARGENTINA) sección Manuscritos, MS.
N9 4933, Legajo 304. Continuación de la relación de las reales fiestas de
proclamación que esta ciudad de Arequipa, en el Perú, celebró con motivo de la
exaltación al trono de nuestro augusto soberano, el señor don Carlos IV, este
año de 1790. Buenos Aires – Argentina.
(*) Natural o indio de la Pampa –Miraflores-
(+) Natural o indio de la Ciudad

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