dante1944

Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

sábado, febrero 03, 2018

Nuevos vientos


Nuevos vientos

Dante E. Zegarra López
La rápida rectificación efectuada por la Municipalidad Provincial de Arequipa, en torno a la
publicación, en Ordenanza, de tarifas diferidas para el establecimiento de prostíbulos en la ciudad, me hacen pensar que soplan nuevos vientos en la comuna arequipeña.
Sea, como dijeron algunos regidores de la oposición y del Frenatraca que la determinación de establecer tarifas de licencias para abrir prostíbulos no fue consultada ni aprobada por el pleno del Concejo; sea, como ha señalado el Alcalde en funciones, producto de un dislate o, sea que, la inclusión de las mencionadas tarifas en la ordenanza que aprobaba el Tupa, fue producto de la propuesta de los técnicos o funcionarios ediles, lo real y concreto es que se ha rectificado.
La puerta abierta para la autorización de licencias especiales que permitan el establecimiento de lenocinios en Arequipa, ha sido cerrada y, eso hay que saludar ahora, por varias razones. Obviamente la principal, es aquella que tiene que ver con los derechos humanos y el respeto por la mujer.
Otra de las razones por las que hay que expresar satisfacción, indudablemente, es porque, al parecer nuevos vientos soplan en el quehacer diario de nuestro municipio. Hasta donde recuerde, es la primera vez, en mucho tiempo en que la Comuna rectifica un error y, en tiempo realmente récord.
Aunque una gaviota no hace el verano, tal como reza la conseja popular, las razones esgrimidas públicamente por el Alcalde en funciones, para esta rectificación, en el sentido que “no hay deseo de cambiar las costumbres y moral del pueblo”, también nos hace creer en el cambio de actitudes de la comuna y, que existe por lo menos cierta sensibilidad al pensamiento de la opinión pública.
Por otro lado, la decisión unánime del cuerpo de regidores, para dejar sin efecto el establecimiento de las tarifas de licencias para el funcionamiento de lenocinios y afines, nos sugieren diversas opiniones, respecto a las motivaciones que hayan tenido.
Está claro que aquellos regidores que por formación ética y moral o, aquellos que por razones ideológicas en la defensa de la mujer hayan, necesariamente, expresado su voto por la rectificación del dislate, del disparate.
Pero lo que se mantiene en forma nebulosa es el voto de quien siempre fue propulsor del establecimiento de lenocinios. No es deseo de cuestionar su voto. Simplemente intriga saber si la decisión fue producto de un saludable cambio de actitud frente al tema, o una decisión producto del voto cerrado de su grupo político. Si esta última la fuera razón del cambio, estaremos, otra vez, ante la posibilidad de un retorno al manejo irresponsable de los asuntos de la ciudad. Algo que no deseamos.