Los prostíbulos
Dante E. Zegarra López
Contra viento y marea, como una bofetada al espíritu y al sentimiento
de la gran mayoría de arequipeños, la Municipalidad Provincial de Arequipa,
decidió vivir de la prostitución.
Esperó el inicio de la Semana Santa, para meter de contrabando y
publicar el establecimiento de una tarifa para el funcionamiento de prostíbulos
en Arequipa. Durante años, este intento fue rechazado, después de que los
corralones del distrito de Miraflores, fueran erradicados.
Pero ahora, el Municipio Provincial y los regidores, como Pilato,
encontraron la salida legal para hacer funcionar burdeles, sin un formal
acuerdo destinado a autorizar su funcionamiento. Sólo ha sido necesario
asignarle una tarifa entre 100 y 672 soles, para que los prostíbulos puedan
sentar sus plazas en Arequipa.
Los regidores, como en muchas otras cosas, no se atrevieron a asumir
personalmente la responsabilidad de una decisión que afecta, de una u otra
forma la moral de un pueblo que, como el arequipeño, decidió, hace muchos años,
no permitir el funcionamiento de prostíbulos. Era una excepción dentro del
concierto de ciudades del Perú, sin que ello constituyera ni blasón ni baldón.
Era nuestra forma de entender el respeto por la mujer. Era nuestra forma de
hacer respetar los derechos humanos sin coartar la libertad de nadie. Pero eso
ya acabó por obra y gracia de timoratos, de irresponsables y de seguidores de
Pilato.
Estimo que el Alcalde en función, que alguno que otro regidor y quizá
la regidora, si es que se mantienen fieles a sus principios y se respetan,
plantearán la revisión, la reconsideración de la medida adoptada. Es pues la
hora, para quienes afirman tener sólida formación moral, de asumir su
responsabilidad y dar testimonio de su verdad.
Por otro lado, de ahora en adelante, si es que los arequipeños lo
permitimos, se pagará parte del sueldo de algún trabajador municipal, o el
agasajo de alguna personalidad o, se hará algún arreglo, o lo más probable,
alguien se embolsicará el dinero que la Municipalidad Provincial de Arequipa
obtenga de autorizar el vil comercio del cuerpo de la mujer. Cualquiera que sea
el “Campo del Alfarero”, que el Municipio compre con el valor de esas licencias
“especiales”, tendrá éste, la misma calidad de un precio de sangre.
Posiblemente, haya alguien que, como ese regidor conocido como “la
mami” por su vocación proxenetista, trate de justificar la vejación de la mujer
mediante el comercio de su cuerpo.
Pero, yo quisiera preguntarles a quienes piensan así : ¿Qué harán el día en que su hija, su mujer o su
madre, justificando la necesidad de trabajo,
se pongan a “trabajar” en un prostíbulo?. Esa pregunta, de ninguna
manera se la dirijo a “la mami”, pues sus vinculaciones proxenetistas, nos
relevan de la tarea.
También es posible que alguien como “la mami” justifique el
funcionamiento de prostíbulos, afirmando que los jóvenes necesitan “desfogar”
su apetito sexual. Se que el deseo sexual es fuerte, pero es en el dominio
voluntario de ese apetito, donde el hombre demuestra su hombría; donde el
verdadero hombre se eleva sobre los animales irracionales.

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