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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

viernes, febrero 02, 2018

De La Recoleta a Huanca - Lluta


De La Recoleta a Huanca - Lluta

Una labor de promoción espiritual y material

por:  Dante E. Zegarra López

Fieles a los objetivos misionales de los primeros religiosos  franciscanos que evangelizaron los pueblos del valle del Colca, los religiosos del convento de La Recoleta de Arequipa continúan en su empeño en la parroquia de Huanca y Lluta.
Los pueblos del valle del Colca comenzaron a ser evangelizados por los religiosos franciscanos entre 1540 y 1545. Fray Juan de Monzón fue quien empezó la tarea misional entre los collaguas de la zona.
La presencia de los frailes franciscanos fue permanente hasta 1752 en todos los pueblos de la zona, aunque en Chivay se extendiera desde 1652 hasta 1830. El incremento del número de sacerdotes del clero secular determinó el retiro de los franciscanos.
Hace 22 años ante la escasez de sacerdotes seculares la jerarquía de la Iglesia Católica en Arequipa encomendó a las Hermanas Franciscanas Misioneras de María el trabajo pastoral de la doctrina de Huanca  y Lluta y nombró párroco al padre Carlos Lafuente, fraile franciscano de la provincia de San Francisco Solano, residente en el convento de La Recoleta. Desde hace casi tres años, esta parroquia es atendida por el padre Gervasio González, religioso de La Recoleta, quien trabaja en la zona desde hace dos décadas.
Además los religiosos del convento de la Recoleta desde 1957, atienden en la ciudad de Arequipa la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat.
Cuando los franciscanos empezaron la evangelización de los pueblos del valle del Colca levantaron los templos que hoy admiramos, con la activa participación de la población.
Es en el período comprendido entre 1540 y 1752, fundamentalmente, en que la evangelización de las poblaciones collagua y cabana se cimentó y se exteriorizó alrededor de devociones a la Cruz, Corpus Christi, solemnidades de la Virgen María, rezo del santo Rosario y devoción por las Almas del Purgatorio.
Testimonio de ese período inicial de la presencia de los frailes franciscanos se pueden observar en cada uno de los templos que bordean el cañón del Colca donde se aprecian, en sus fachadas e interiores, bellas muestras del arte misionero, que es eminentemente anónimo.
La población del valle del Colca, antes de ser evangelizada rendía culto en las guacas de Collaguata, Suquilla, Apoquico y Gualcagualca, donde se verificaron sacrificios humanos, uno de los cuales, el de "Juanita" en el nevado Ampato, sin duda alguna,  se ha convertido en objeto de estudio arqueológico, por estado de conservación del cadáver.
En el proceso de cristianización los primeros religiosos que recorrieron esas tierras, fray Juan de Monzón y fray Juan de Chávez, la emprendieron contra los ídolos, cogiéndolos y quemándolos.  En los cerros se levantaron cruces y capillas.
Sin embargo los frailes, en cuanto se pudo, conservaron las costumbres indígenas indiferentes a la fe cristiana, como la indumentaria, danzas, lengua, etc.
Junto a los fundamentos de la fe, los frailes franciscanos se encargaron de la promoción humana de los naturales de la zona. De esa forma se convirtieron en los primeros maestros en todo, de los indígenas. La lectura, la escritura, los rudimentos de la aritmética, música y labores artesanales formaron parte de ese desarrollo, junto a "vivir con orden, tener limpieza, honestidad y buena crianza".
A la vuelta de dos siglos, los religiosos franciscanos del convento de San Genaro (La Recoleta de Arequipa) paralelamente a la acción pastoral, evangelizadora, propia de su labor misional, establecieron prioridades de promoción humana y social  destinadas a mejorar la calidad de vida de los pueblos que conforman la doctrina o parroquia rural  de Huanca y Lluta. Estas prioridades  comprenden acciones en estructura vial, agricultura y educación.
La parroquia de Huanca y Lluta
Con una extensión de 5 500 kilómetros cuadrados, la parroquia de Huanca y Lluta, es una de las más extensas de la arquidiócesis de Arequipa, jurisdicción eclesiástica que comprende las provincias civiles de Arequipa y Caylloma.
Catorce pueblos que albergan a unos ocho mil habitantes de la provincia de Caylloma, distribuidos entre los 2 800 y los 3 750 metros sobre el nivel del mar, amenazados por el volcán Sabancaya, conforman la parroquia de Huanca y Lluta.
Separados grandes distancias y profundas quebradas, los pueblos de esta parroquia se dedican ancestralmente a la agricultura. Las difíciles condiciones de comunicación, convirtieron a la zona en los puntos más incomunicados de la región Arequipa. Esta situación paulatinamente ha comenzado a superar gracias a la acción conjunta desarrollada por la parroquia y sus feligreses.
Seis a nueve horas de camino a pie o caballo, durante mucho tiempo fue el principal obstáculo para cualquier actividad vinculada con los anexos de los distritos de Huanca y Lluta.
La aplicación doctrinal del Concilio Vaticano II, referida a la participación activa de los laicos en la labor evangelizadora de la Iglesia, permitió que la labor de atención espiritual de una zona tan extensa y con dificultades geográficas fuese compartida por párroco, religiosas y laicos.
La formación de animadores de la fe, es una actividad constante de la Parroquia de Huanca y Lluta. Estos animadores elegidos por la propia población entre "personas adultas, responsables y honestas, hombres y mujeres, preferentemente casados por la Iglesia y con primaria completa" han constituido los elementos de apoyo para el florecimiento espiritual y desarrollo material de esa zona.
Capacitados anualmente los animadores de la fe de la parroquia de Huanca y Lluta se han convertido en testimonio viviente del evangelio. Algunos de ellos como Emilio Zapana y Gualberto Ituza de los anexos de Taya y Cuñirca han sido galardonados con la medalla de oro y condecoración del Papa Juan Pablo II, por servicios especiales a la Iglesia y "singulares méritos de vida cristiana".
Los animadores de la fe han sido, por otro lado, en los últimos 22 años, elementos claves en la ejecución de los proyectos elaborados por sus párrocos, destinados a la promoción humana y social de la población.
Obviamente, los animadores de la fe, dedicaron sus primeros esfuerzos materiales a la construcción y reconstrucción de templos y capillas. Casi simultáneamente apoyaron la construcción de carreteras que los ha sacado parcialmente del aislamiento en que por siglos han vivido a pesar de la relativa cercanía, incluso con Arequipa.
Junto a la evangelización,  educación, estructura vial, la agricultura forma parte de las actividades que la parroquia de Huanca y Lluta, considera como prioritarias de su labor.
La construcción de canales de regadío en Huanca, Lluta y Talla que han permitido mejorar y poner bajo riego unas 500 hectáreas. Los canales construidos permiten llevar el agua desde los deshielos de los nevados pasando por entre quebradas, terrenos arenosos y bojedales.
En los últimos dos años los proyectos a favor de la agricultura elaborados por la Parroquia, han contado con el apoyo del Gobierno Vasco, a través de un ingeniero que ha trabajado con la población en técnicas de mejoramiento de semillas, creación de viveros y reforestación con eucaliptos y queñua.
La construcción de minicentrales hidroeléctricas, sobre la base de modelos desarrollados en el Instituto Superior Tecnológico de La Recoleta, aprovechando caídas de 25 a 30 metros de caudales de 150 a 200 litros por segundo en las derivaciones del canal madre para regadío, ha permitido que cinco pueblos cuenten con energía eléctrica.
Huanca, Talla y Lluta son las poblaciones que gracias a tales minicentrales gozan, en forma permanente de los beneficios de la electricidad y los anexos de Tanccaya y Malata participen del servicio eléctrico entre las 18:00 y 23:00 horas.
No menos de 125 obras  de desarrollo comunal han sido ejecutadas, apoyadas y promovidas por la parroquia de Huanca y Lluta, en los últimos 22 años en las localidades de Huanca, Lluta, Taya, Mocca, Cuñirca, Toroy, Querque, Ccasau, Toccroyo, Malata, Tanccaya, Puccro, San Basilio y Murco.
Aulas, puente Bayle, posta médica, campos deportivos, canales de regadío, puentes - acueducto, alcantarillas,  estanques, minicentrales hidroeléctricas, puentes sobre ríos así como reparación, ensanches, construcción y asfaltado de carreteras forman parte del listado de tales obras.
La parroquia ha contado, para la ejecución de las obras, con aportes de instituciones extranjeras que han permitido la adjudicación de materiales y el pago de mano de obra especializada. Por su parte los feligreses han contribuido, en todas las obras, con la mano de obra no especializada, recompensada con víveres de Cáritas, ropa, medicinas y en algunos casos con dinero, procurando siempre que equipararan el valor del jornal de un obrero.
Instituciones extranjeras como Ama y  Cebemo de Holanda; Cáritas de Austria; Food for Children de Canadá;  Adveniat, Agro Acción, Misereor, Cebemo y Kirche in Not de Alemania; Catholic Relief, Frank Morrow C. y Care - Cáritas de Estados Unidos;  Cooder de Francia;  Ici, Manos Unidas y Prosalus de España; Cáritas de Bilbao y Gobierno Vasco ha apoyado los esfuerzos de la Parroquia de Huanca y Lluta.
El Arzobispado de Arequipa, ITS La Recoleta, Cordea, Coopop, Inade, Pronaa y las municipalidades de Huanca y Llluta y los ministerios de Transporte y Agricultura, son las instituciones peruanas que han colaborado con los esfuerzos de la indicada parroquia.