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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

viernes, febrero 02, 2018

Una doncella salva a la arqueología


Una doncella salva a la arqueología (1996 12 31)

Dante E. Zegarra López
AREQUIPA AL DIA
Una joven doncella, con 600 años de antigüedad, ofrecida como victima para calmar al apu del Ampato, se convirtió en la salvadora de los estudios de arqueología en Arequipa.
Hasta el encuentro, casi casual, de su cuerpo perfectamente congelado, a 5 800 metros sobre el nivel del mar y su traslado inopinado, los estudios universitarios de arqueología peligraban en Arequipa.
Pocos jóvenes se interesaban en tales estudios, lo que obligó a la Universidad Santa María a ofrecer la opción de Turismo, como una alternativa para evitar la extinción del programa de Ciencias Arqueológicas.
La doncella, "Juanita" como se la bautizó, se convirtió en el punto de partida para poner en boga los estudios y descubrimientos arqueológicos.
La Universidad Particular "Santa María", que durante años, silenciosamente realizó trabajos de investigación sobre el pasado milenario del sur del país, conjuntamente con universidades de Polonia, España y Estados Unidos, alcanza notoriedad, de un día al otro.
Su nombre, asociado al de Arequipa, fue durante varias semanas una "site" importante para la red de redes informáticas, Internet. National Geographic de Estados Unidos y la BBC de Inglaterra, se encargaron de la difusión mundial.
La noticia del hallazgo de "Juanita" fue manifiestamente ocultada, en un primer instante, en tanto se completaban los documentos burocráticos necesarios para efectuar trabajos arqueológicos en el país. Hubo compromisos de honor con periodistas, de guardar silencio y evitar interferencias, que luego violaron sistemáticamente quienes pidieron el mutismo de la prensa.
Tres fueron los personajes involucrados, con mayor o menor grado de importancia, en el descubrimiento de "Juanita": el arqueólogo norteamericano Johan Reinhard, el montanista Miguel Zárate y el arqueólogo local, José Antonio Chávez.
En un principio, el cuerpo de "Juanita" fue "guardado" en la casa del montanista en una congeladora, facilitada por una empresa local, en tanto se formulaban los arreglos pertinentes y se obtenía el apoyo financiero de la National Geographic.
Después vino la historia oficial. Se ajustaron los datos. Se continuaron los trabajos y se produjeron nuevos hallazgos.
Desde 1650, por lo menos, se conoce que los primitivos pobladores de Arequipa, tenían altares en los volcanes.
Las primeras confirmaciones de tales informaciones se realizaron en el Misti a comienzos de siglo y en la d‚cada del 60 en el Pichupichu. Las comprobaciones m s importantes de la existencia de altares de altura, se han realizado este año.
Pero junto a ese espectacular descubrimiento, el año de 1996 registraron otros no menos importantes, como aquel vinculado a la nación o etnia Aruni o el de la zona de Parasca, en los  que intervinieron entre otros los arqueólogos: Antonio Espada Belmonte (España), Luís Augusto Belan Franco (Arequipa) y  (Polonia).
Los descubrimientos arqueológicos realizados en el Ampato y Sarasara; en Condesuyos o en la zona adyacente a Churajón no han sido meros "descubrimientos para la ciencia" ni obtención de "indulgencias con avemarías ajenas" como las que se lograron en el II Congreso de Americanistas en México. Realmente han sido trabajos de investigación, haciendo uso de todo tipo de información: oral, tradicional, escrita y testimonial. Además y esto es lo importante, los trabajos arqueológicos de 1996, han dejado de ser meras referencias inexactas de lugares, para convertirse en verdaderos estudios del pasado, tratando de dar respuestas a centenares de interrogantes sobre el pasado milenario del país.