Dante E. Zegarra López
AREQUIPA AL DÍA
Como una constante en su existencia, el templo
de la Compañía de Jesús este año presenta interesantes trilogías. Tres
construcciones, tres nombres y tres siglos de existencia.
Este año, de acuerdo a la inscripción que
muestra en su fachada principal, se cumplen tres siglos del cierre de sus
bóvedas y de su construcción definitiva. Grabada en sillar, a ambos lados de la
entrada principal se lee "El año" y "de 1698".
A lo largo de la historia el templo de La
Compañía de Jesús ha sido conocido con tres nombres: templo del Colegio de
Santiago, templo de los Expatriados y templo de La Compañía.
Y aunque este año se celebra el tricentenario
de su construcción, las obras de construcción empezaron en 1578, apenas se
instalaron en Arequipa los primeros "compañeros de Jesús". Los
trabajos, que sufrieron la interrupción generada por la expulsión que dispuso
el Virrey Francisco de Toledo, se ejecutaron conforme a los planos concebidos
por el maestro Gaspar Báez.
En los paulatinos trabajos de construcción del
templo, también intervino el maestro de cantería Juan García del Mármol, el
herrero Bartolomé Pérez, Juan Carreño y Alonso Bordón. La ubicación de este
primigenio templo y colegio, debió quedar sobre la calle Mercaderes, dado que
don Diego Fernández Hidalgo donó a los jesuitas las tiendas que tenía en esa
calle, para que construyeran el colegio.
Posteriormente en 1595, el jesuita Diego
Felipe, empieza la construcción del templo, manteniendo el diseño básico que
elaborara el alarife Gaspar Báez, introduciendo ligeras modificaciones. Los
trabajos fueron alentados por el padre rector Juan Beltrán, siguiendo las
instrucciones del Provincial, Juan Sebastián, durante su permanencia en
Arequipa en 1594. En ese año se celebró en Arequipa la Congregación Provincial.
Pasados los violentísimos sismos de 1600 y
1604, con erupción del Huaynaputina, se efectuaron obras de diversa índole,
incluyendo la portada lateral que conserva actualmente. Estos trabajos se
realizaron entre 1650 y 1667 dirigidos por Simón de Barrientos.
El terremoto de Santa Ursula, en 1689 dejó
severamente dañado el templo, lo que obligó a los trabajos que personalmente
dirigiera el jesuita P. Agustín Acosta y que concluyeran en 1698.
Hay que destacar que en los trabajos concluidos
hace tres siglos, tiene activa participación el cantero criollo Diego de
Adrián, quien bajo la dirección del jesuita Agustín Acosta reconstruyó la
fachada principal del templo de la Compañía.
La portada principal del templo, consagrado
bajo la advocación de Santiago Apóstol, es considerada como la más bella
expresión del barroco arequipeño, de la Escuela arequipeña, que ejerció fuerte
influencia en toda la región sur andina.
Los sismos que han destruido en varias
oportunidades a Arequipa, dañaron el templo de los jesuitas en Arequipa pese a
su solidez. La torre es ele elemento que
en más oportunidades ha requerido ser reconstruido.

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