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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

domingo, febrero 04, 2018

Tres siglos de un templo


Tres siglos de un templo

Dante E. Zegarra López
AREQUIPA AL DÍA
Como una constante en su existencia, el templo de la Compañía de Jesús este año presenta interesantes trilogías. Tres construcciones, tres nombres y tres siglos de existencia.
Este año, de acuerdo a la inscripción que muestra en su fachada principal, se cumplen tres siglos del cierre de sus bóvedas y de su construcción definitiva. Grabada en sillar, a ambos lados de la entrada principal se lee "El año" y "de 1698".
A lo largo de la historia el templo de La Compañía de Jesús ha sido conocido con tres nombres: templo del Colegio de Santiago, templo de los Expatriados y templo de La Compañía.
Y aunque este año se celebra el tricentenario de su construcción, las obras de construcción empezaron en 1578, apenas se instalaron en Arequipa los primeros "compañeros de Jesús". Los trabajos, que sufrieron la interrupción generada por la expulsión que dispuso el Virrey Francisco de Toledo, se ejecutaron conforme a los planos concebidos por el maestro Gaspar Báez.
En los paulatinos trabajos de construcción del templo, también intervino el maestro de cantería Juan García del Mármol, el herrero Bartolomé Pérez, Juan Carreño y Alonso Bordón. La ubicación de este primigenio templo y colegio, debió quedar sobre la calle Mercaderes, dado que don Diego Fernández Hidalgo donó a los jesuitas las tiendas que tenía en esa calle, para que construyeran el colegio.
Posteriormente en 1595, el jesuita Diego Felipe, empieza la construcción del templo, manteniendo el diseño básico que elaborara el alarife Gaspar Báez, introduciendo ligeras modificaciones. Los trabajos fueron alentados por el padre rector Juan Beltrán, siguiendo las instrucciones del Provincial, Juan Sebastián, durante su permanencia en Arequipa en 1594. En ese año se celebró en Arequipa la Congregación Provincial.
Pasados los violentísimos sismos de 1600 y 1604, con erupción del Huaynaputina, se efectuaron obras de diversa índole, incluyendo la portada lateral que conserva actualmente. Estos trabajos se realizaron entre 1650 y 1667 dirigidos por Simón de Barrientos.
El terremoto de Santa Ursula, en 1689 dejó severamente dañado el templo, lo que obligó a los trabajos que personalmente dirigiera el jesuita P. Agustín Acosta y que concluyeran en 1698.
Hay que destacar que en los trabajos concluidos hace tres siglos, tiene activa participación el cantero criollo Diego de Adrián, quien bajo la dirección del jesuita Agustín Acosta reconstruyó la fachada principal del templo de la Compañía.
La portada principal del templo, consagrado bajo la advocación de Santiago Apóstol, es considerada como la más bella expresión del barroco arequipeño, de la Escuela arequipeña, que ejerció fuerte influencia en toda la región sur andina.
Los sismos que han destruido en varias oportunidades a Arequipa, dañaron el templo de los jesuitas en Arequipa pese a su solidez. La  torre es ele elemento que en más oportunidades ha requerido ser reconstruido.