Alonso Ruiz: el procurador
de Arequipa
por Dante E. Zegarra
López
La historia de los
primeros blasones que ha tenido Arequipa a lo largo de sus 475 años de
fundación española, ha estado ligada indisolublemente a un joven que llegó a
tierras tawuantisuyanas, con las huestes de Francisco Pizarro, en 1532.
Alonso Ruiz, es el
nombre del procurador de la Villa Hermosa del Valle de Arequipa ante la Corte
de España, quien en 1541 logró para ella, el título de Ciudad y el Escudo que
ostenta.
Pero, ¿quién fue Alonso
Ruiz?
Si nos atenemos a lo
escrito por el desaparecido historiador norteamericano James Marvin Lockhart,
“era, según todas las apariencias, un ser humano afectuoso con profundos
sentimientos”.
Nacido en Castronuevo,
cerca de Zamora en el reino de León, Alonso Ruiz, fue uno de los 168 españoles
que participaron de la captura de Atahualpa, en Cajamarca. Cinco “de los Cajamarca”
se avecindaron y fundaron Arequipa. En 1532, Alonso Ruiz tendría entre 19 y 20
años de edad.
Tras recibir 135 con seis
octavos de marcos de plata y, 3 mil 300 pesos de oro, en el reparto del tesoro
de Cajamarca, por ser hombre de a pie, se hizo vecino de Cusco. Posteriormente,
siguiendo los deseos del Gobernador Francisco Pizarro, se trasladó al valle de
Arequipa, siendo uno de 89 fundadores de Arequipa.
Su indisoluble amistad
con Lucas Martínez, lo llevó a fines de 1540, a retornar a la península para
contraer matrimonio con una de las dos hermanas del trujillano, Isabel o María.
La circunstancia fue aprovechada por el Cabildo, Justicia y Regimiento de la
Villa Hermosa y por otros vecinos, para encargarle gestiones.
Con menos de 30 años,
analfabeto que apenas sabía firmar, Alonso Ruiz, se encuentra en Fuensalida,
Toledo, donde está el rey emperador, Carlos III de España. Hasta allí llega
para cumplir con los encargos del Cabildo de Arequipa.
Una de las primeras
gestiones que logró tener éxito fue plasmada en la Cédula Real concediendo
Título de Ciudad a la Villa Hermosa de Arequipa, expedida el 22 de septiembre
de 1541.
De inmediato, obtuvo
otras mercedes, entre ellas la “Real Cédula de D. Carlos al gobernador de la
provincia del Perú, por la que le manda, a petición de Alonso Ruiz en nombre de
la ciudad de Arequipa, dé licencia de tres años para venir a España a los vecinos
de aquella ciudad que lo deseasen, sin que durante este tiempo les sean
quitados los indios y granjerías que tuviesen”.
También en la misma
fecha consigue para si la Real Cédula, por la que “le prorroga el plazo para
estar en España por otro año más, sin que le sean quitados los indios durante
él”. Prórroga que se extendió año en pos de año hasta que se avecindó en
Trujillo, donde llegó a ser Regidor.
Días después, el 7 de
octubre, consigue para la recién nombrada Ciudad de Arequipa el escudo de
Armas. Este escudo pintado en una bandera fue enviada a Arequipa a fines de
1543, para lo cual el 28 de septiembre alcanza en Valladolid “la Real Cédula a
los oficiales de Perú para que no se exijan derechos de almojarifazgo a Alonso
Ruiz, vecino de Arequipa, que a esa ciudad envía una bandera con las armas
reales en un lado y en el otro las armas concedidas a Arequipa, con lo que se
hace merced a esa ciudad; se manda a los oficiales de Puerto Rico, Santo
Domingo, Cuba, Panamá y cualquier otra provincia de Indias que a quien lleve la
bandera lo desembarque en alguno de esos puertos, y no vendiéndola y
volviéndola a embarcar, no le exijan derechos algunos”.
Su vida en España como
vecino y regidor de la ciudad de Trujillo, relativamente tranquila se vio
turbada en 1562 por Real Provisión de emplazamiento a petición de Hernando de
Santillán, por sí y en nombre de su mujer, Ana de Villegas.
En compensación, por
aquellos años la corona española le otorgó un Juro o pensión perpetua de 51.000
maravedís.
(Diario La Voz de del Pueblo, agosto 2015)
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