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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

lunes, enero 15, 2018


La Columna del Director: Un día universal pasado casi desapercibido

Ayer muy pocos recordaron que las Naciones Unidas designó a la fecha, para celebrar el Día Universal de la Libertad de Prensa. La Unesco para recordarlo organizó una conferencia en Dakar, dedicado a los “Medios y el buen Gobierno".
Y es que los medios independientes, libres y plurales tienen un papel crucial que jugar en el gobierno de las sociedades democráticas. Su actividad como muchas veces se ha afirmado asegura la transparencia y responsabilidad, promueve la participación y el cumplimiento de las leyes, además que de esa forma contribuye a la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
No es que los medios en si sean un poder. Al contrario, probablemente, sean la parte más débil del cordel de la sociedad. Pero, cuando buscando el imperio de la verdad en beneficio de la sociedad a la que sirven, actúan sin doblez alguno, tienen carácter profético. Misión elevada por cierto, que tiene carácter social porque se realiza en medio del pueblo y en su favor.
Como en la antigüedad los hombres de prensa tienen una misión profética que cumplir. Por medio de la palabra, el profeta critica y denuncia la manera desviada de vivir, pero también invita a la conversión, anuncia la salvación y llena de esperanza a la comunidad de los creyentes.
Cada vez que pienso en esta misión del periodismo, se agolpan en mi memoria las palabras de Martin Niemoeller, atribuidas al dramaturgo Bertolt Brecht: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron a por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron a por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"
Este Día de la Libertad de Prensa, que pasó desapercibido, nos debe obligar  a recordar  diariamente, la importancia que tiene el proteger los derechos fundamentales de la libertad de la expresión y la libertad de la prensa, tal y como están señalados en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Es evidente, y de ello los peruanos conocemos que sin estos derechos, la democracia no  prevalece.
La afirmación tantas veces repetida: democracia es información. Sin libertad de expresión no hay información, sino propaganda, es una verdad de Perogrullo y sin embargo hay que repetirla una y mil veces para que sea entendida, sea comprendida, sea asimilada y también sea defendida.
Sin libertad de expresión no hay verdadera civilización, ni democracia, sino fanatismo, intolerancia, violencia, tiranía y corrupción. No tengamos miedo a decir que, en términos civiles, la libertad de expresión es más importante que cualquier ley.
Hasta el momento en el Perú, aún cuando hay periodistas que han buscado el exilio para salvar su vida, la libertad de prensa, en términos políticos, tiene vigencia. El problema es que esta libertad está constantemente amenazada por la furia delincuencial de quienes trafican con drogas o están en la corrupción.
Pero es además cierto que el futuro de la Libertad de Prensa en el Perú es un signo de interrogación. Las muestras intolerantes de los políticos ante las preguntas incómodas; los arrogantes desplantes de éstos o el actuar de sus “guardias de corps”, nos obligan a estar alertas, porque si los peruanos perdemos la Libertad de Prensa, habremos perdido la democracia.

Dante E. Zegarra López
(Diario Arequipa al día, 4 mayo 2006)