La Columna del Director: Un día universal pasado
casi desapercibido
Ayer muy pocos recordaron que las Naciones Unidas
designó a la fecha, para celebrar el Día Universal de la Libertad de Prensa. La Unesco para recordarlo
organizó una conferencia en Dakar, dedicado a los “Medios y el buen Gobierno".
Y es que los
medios independientes, libres y plurales tienen un papel crucial que jugar en
el gobierno de las sociedades democráticas. Su actividad como muchas veces se
ha afirmado asegura la transparencia y responsabilidad, promueve la
participación y el cumplimiento de las leyes, además que de esa forma
contribuye a la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
No es
que los medios en si sean un poder. Al contrario, probablemente, sean la parte
más débil del cordel de la sociedad. Pero, cuando buscando el imperio de la
verdad en beneficio de la sociedad a la que sirven, actúan sin doblez alguno,
tienen carácter profético. Misión elevada por cierto, que tiene carácter social porque se realiza en medio del pueblo
y en su favor.
Como
en la antigüedad los hombres de prensa tienen una misión profética que cumplir.
Por medio de la palabra, el profeta critica y
denuncia la manera desviada de vivir, pero también invita a la conversión,
anuncia la salvación y llena de esperanza a la comunidad de los creyentes.
Cada
vez que pienso en esta misión del periodismo, se agolpan en mi memoria las
palabras de Martin Niemoeller,
atribuidas al dramaturgo Bertolt Brecht: "Primero vinieron a buscar a los
comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los
socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro.
Después vinieron a por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después
vinieron a por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar
por mí"
Este
Día de la Libertad de Prensa, que pasó desapercibido, nos debe obligar a recordar diariamente, la importancia que tiene el proteger
los derechos fundamentales de la libertad de la expresión y la libertad de la
prensa, tal y como están señalados en el Artículo 19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
Es evidente, y de ello los peruanos conocemos que sin estos derechos, la democracia
no prevalece.
La
afirmación tantas veces repetida: democracia es información. Sin libertad de
expresión no hay
información, sino
propaganda, es una verdad de Perogrullo y sin embargo hay que repetirla una y
mil veces para que sea entendida, sea comprendida, sea asimilada y también sea
defendida.
Sin
libertad de expresión no hay verdadera civilización, ni democracia, sino
fanatismo, intolerancia, violencia, tiranía y corrupción. No tengamos miedo a
decir que, en términos civiles, la libertad de expresión es más importante que
cualquier ley.
Hasta
el momento en el Perú, aún cuando hay periodistas que han buscado el exilio
para salvar su vida, la libertad de prensa, en términos políticos, tiene
vigencia. El problema es que esta libertad está constantemente amenazada por la
furia delincuencial de quienes trafican con drogas o están en la corrupción.
Pero
es además cierto que el futuro de la Libertad de Prensa en el Perú es un signo
de interrogación. Las muestras intolerantes de los políticos ante las preguntas
incómodas; los arrogantes desplantes de éstos o el actuar de sus “guardias de
corps”, nos obligan a estar alertas, porque si los peruanos perdemos la
Libertad de Prensa, habremos perdido la democracia.
Dante
E. Zegarra López
(Diario
Arequipa al día, 4 mayo 2006)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home