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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

lunes, enero 15, 2018


Una carretera para la Mamita de Chapi
Dante E. Zegarra López

El pasado lunes, el asfaltado de la carretera a Chapi llegó hasta la zona de acceso al Santuario.
Han transcurrido algo más de 61 años, desde que se inauguraran los primeros trabajos carreteros para unir Arequipa con el Santuario de Chapi.
El hecho de por si constituyó un homenaje a la Virgen María, que en esa fecha era celebrada su advocación de la Inmaculada Concepción, al mismo tiempo que se recordaba cinco años del tránsito del arzobispo de Arequipa, monseñor Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio S.J.
Las coincidencias resultan entrañables si se recuerda la difundida amistad entre el hoy presidente del Gobierno Regional, Dr. Juan Manuel Guillén Benavides y el fallecido arzobispo, que como jesuita gran devoto mariano.
Monseñor Vargas fue el último prelado que consagró el templo de Chapi (21 de septiembre de 1995). Luego de consagrarlo de acuerdo con los cánones de la Iglesia Católica lo elevó a la categoría de Santuario, antes que fuera afectado por el sismo del 2001 y, ahora, el Gobierno Regional bajo la presidencia del doctor Guillén está ejecutando valiosas obras en Chapi, que incluirá un nuevo Santuario.

Una anhelada carretera
Desde la década del 30 en el siglo pasado, cuando los vehículos motorizados tomaron auge en Arequipa, los deseos de unir mediante una carretera la ciudad con el Santuario de la Virgen de Chapi se repitieron año en pos de año.
Para mucha gente mayor, esa carretera debería ser de oro, por los muchos aportes que se recolectaron para ella, sin que se emplearan en tales trabajos.
Ahora el Gobierno Regional, atendiendo a la profunda devoción del pueblo arequipeño por la sagrada imagen y en el deseo de fortalecer el aspecto turístico de los pueblos circunvecinos, ha ejecutado los trabajos de ampliación, terraplenado y asfaltado de 19 kilómetros de esa vía.
Claro está, que a la altura de “7 Todos” existen cinco kilómetros por cubrirse de asfalto. Ello debido a los trabajos especiales que se tuvieron que hacer para vencer los obstáculos de la naturaleza: bojedales y roca viva.
El 28 de abril de 1927 se inauguró el primer tramo de un camino carretero que llevaba al Santuario de Chapi vía Polobaya. Dos años después, en septiembre se logró abrir el camino entre Cruz Verde y el Santuario.
Desde esa fecha, el anhelo de ver asfaltado tal camino se fue frustrando en reiteradas oportunidades. Ahora, con los trabajos concluidos los vehículos trasladando peregrinos pueden llegar al Santuario en una hora.
La distancia total entre Arequipa y Chapi es de 59 kilómetros y pasa por Yarabamba, cruza la cuesta de Hornillos y la Pampa de Cruz Verde.

En la quebrada de Chapi
La sagrada imagen de la Virgen de la Candelaria sentó plaza en la quebrada de Chapi en 1743, cuando los nativos de Paranay que la tenían bajo su devoción, fueron obligados a dejar las tierras inmediatas a las hoy ruinas de Churajón.
Una Real Cédula dispuso que el agua que irrigaban las tierras de los pueblos indígenas de Paranay, Tasata y Chajron fuese destinado a regar los campos de los actuales distritos de Yarabamba y Quequeña y que en aquella época formaban parte de la doctrina de Mollebaya.
Cumpliendo la Real Cédula, los nativos se reubicaron en tierras de los actuales distritos de Polobaya y Pocsi y en la quebrada de Chapi, que para la época era un vallecito en la cabecera del río Tambo.
El 28 de junio de 1757 la imagen de la Virgen se encontraba en poder de Nicolás y Antonio Uría y el Obispo les notificó que en términos precisos y perentorio fabriquen una capilla y altar decente para se le de debido culto y veneración.  La Capilla tuvo 20 metros de largo por 7.70 de ancho y unas paredes de 1.15 metro de espesor y estaba ubicada a casi 7 kilómetros de la actual ubicación del templo de Chapi.

El fracaso de un traslado
El sincretismo religioso del pueblo indígena, y los desmanes que se producían durante las fiestas religiosas, fueron motivo más que suficiente para que en 1798 el cura párroco de Pocsi, José Tamayo solicitara al Obispo el traslado de la sagrada imagen de la Virgen hacia el pueblo de Sogay.
Dispuesto el traslado, éste se puso en ejecución. Una numerosa comitiva de nativos vecinos de Chapi acompañaba a la imagen. Después de recorrer un poco más de una legua y estando a punto de escalar la primera pendiente de la quebrada, la imagen cobró un peso que no permitió levantar su anda ni un centímetro del suelo. Para los nativos que vieron doblegados sus esfuerzos, fue una señal que la imagen no debería salir de Chapi.
Allí los vecinos de Chapi volvieron a levantar una Capilla de piedra, adobe y paja. Esta sufrió los efectos de un incendio y también los destrozos de terremoto de agosto de 1868.
Un templo de sillar
Nueve años después el cura Emeterio Retamoso junto con Ciriaco Herrera, Manuel Arrieta, Pascual Cornejo y Manuel Quiroz se puso como meta construir un templo digno de la imagen de la Virgen de Chapi. Los cimientos de la obra recién comenzaron el 12 de febrero de 1893.
Fue necesario traer desde zonas muy alejadas, las tareas de sillar y la cal para levantar las paredes, pues en Chapi, no existe ese material tan difundido en Arequipa. El 24 de febrero de 1897 los devotos de la Virgen llevaron más de 1600 cargas de sillar para terminar el templo.
Los trabajos fueron dirigidos sucesivamente por Antonio Zamudio y Juan Carpio. La nave de la cruceta fue construida por Simón Zegarra y sus hijos Luís, Faustino, Florencio e Ignacio, mientras que el Altar Mayor fue obra de Saturnino Beltrán y las habitaciones para los peregrinos del arquitecto Manuel Vargas.
El 9 de febrero de 1899 el presbítero Manuel de la Cruz Escapa, autorizado por el obispo Manuel Segundo Ballón consagró ese templo en honor de la Santísima Trinidad.
Pocos años después en 1921, un incendio que comenzó al pie del Altar Mayor, obligó a nuevas reparaciones y a pensar en un nuevo templo.

Un nuevo templo
Ante la creciente devoción por la imagen de la Virgen de Chapi, el arzobispo Mariano Holguín autorizó la construcción de un templo más amplio. La primera piedra de ese nuevo templo se colocó en mayo de 1942. Este templo fue concluido quince años después, durante el gobierno pastoral de arzobispo José Leonardo Rodríguez Ballón.
El terremoto del 2001, originó la decisión de desmontar ese templo y construir uno nuevo, el que posiblemente esté concluido el 2010, según los planes del Gobierno Regional que ha asumido esa responsabilidad.
(Arequipa, 10 diciembre 2008)