Por
Dante E. Zegarra López
Arequipa
está a la vanguardia de la construcción sismo resistente. El primer edificio
construido en el Perú con un sistema de amortiguamiento sísmico, ha sido
levantado en el distrito arequipeño de Alto Selva Alegre. Hasta donde se conoce,
es el único en el país con amortiguadores de sintonía de masas (ASM).
Fue
inaugurado en diciembre del año pasado tras casi dos años de construcción, para
sede del Policlínico Espíritu Santo. Meses después, el gobierno incorporó el
uso de estos sistemas de protección sísmica en el Reglamento Nacional de
Edificaciones.
Hasta
ahora en el Perú, tal como ocurre en muchos países, la filosofía de las Normas
convencionales de diseño sismo-resistente
considera que las estructuras deben: resistir sismos leves sin daño;
resistir sismos moderados considerando la posibilidad de daños estructurales
leves; resistir sismos severos con
posibilidad de daños estructurales importantes, evitando el colapso de la
edificación, no considerando elementos no estructurales.
En
adelante, por lo menos los establecimientos de salud deberán ser capaces de
resistir sismos severos sin daño alguno como es en otros países.
Una
campaña de dos años, difundiendo entre profesionales de ingeniería de todo el
país los beneficios del empleo de sistemas de protección sísmica, ha dado
parcialmente sus frutos. Estos sistemas
son un requisito a cumplirse en adelante. La campaña fue emprendida por
el ingeniero arequipeño Jorge Lezama Gavancho, con el apoyo de la empresa
Vulko.
De
acuerdo al Decreto Supremo N° 002-2014-Vivienda, del 14 de marzo de este año,
en adelante, los establecimientos de salud deben contar con sistemas protección
sísmica que les permita estar operativos antes, durante y después de un sismo
violento.
Los
sistemas modernos de protección sísmica, según los expertos, se clasifican en
sistemas de control activo, control semi-activo y de control pasivo. Dentro
estos últimos se ubican a los que utilizan amortiguadores de efecto masa,
viscosos (en base a aceite), los histerísticos y de otros tipos. A su vez, los
amortiguadores de efecto masa pueden ser de sintonía líquida (ASL) y de
sintonía de masa (ASM).
En
el caso del edificio del Policlínico social alemán Espíritu Santo se ha
empleado el sistema de amortiguadores de sintonía de masa (ASM).
Según
dicen los que dicen que saben, los resultados que se obtienen, permiten
comprobar que los ASM resultan eficientes en la reducción tanto de los
movimientos (velocidad y aceleración) como de esfuerzos flexionales y
torsionales. Además señalan que “la ubicación en planta del ASM resulta de
fundamental importancia para controlar la respuesta torsional debiendo
realizarse estudios de optimización en cada caso”.
¿Cómo funcionan?
Cuando
se produce un terremoto, los daños en las construcciones están relacionados con
los tipos de los elementos constructivos, materiales empleados, modo de
ejecución, subsuelo, topografía, entre otros.
De
hecho, las ondas sísmicas afectan a las estructuras en función de diferentes
características. Así las ondas de baja frecuencia hacen que los edificios altos
entren en resonancia, afectando en menor grado a los edificios bajos. Por su
parte las ondas de alta frecuencia dañan, sobre todo, a las casas bajas y, en
menor grado, a las grandes estructuras.
Sin
duda alguna, las construcciones son los elementos vulnerables más importantes,
ya que los daños sufridos por ellas repercuten directamente en las víctimas que
pueda ocasionar un sismo. Allí radica la importancia de reducir los efectos de
las ondas sísmicas sobre las edificaciones.
De
acuerdo con los especialistas, en el diseño de estructuras, en principio se
consideran los efectos gravitatorios y las cargas adicionales debidas a las
sobrecargas según el uso del edificio. La solución para la tipología
estructural empleada se puede encontrar en los sistemas de aislamiento y
control de vibraciones.
El
control de vibraciones en zonas sísmicas, como la de Arequipa, no sólo se
limita a edificios de altura, sino a todas las estructuras, principalmente
hospitales, locales escolares, servicios públicos y represas, que
necesariamente deben seguir funcionando después de un sismo severo.
Los
edificios modernos y las torres, por lo general, son muy livianos y delgados,
por lo tanto poseen un amortiguamiento natural muy pequeño, que los hace más
propensos a las oscilaciones del viento y los sismos. Estas oscilaciones pueden
causar daño a la estructura, afectando su funcionalidad. Para reducir las
vibraciones se emplean los amortiguadores de sintonía de masas (ASM).
Un
amortiguador de sintonía de masas, conocido también como un absorbedor de
energía, es un dispositivo montado en estructuras para reducir la amplitud de
las vibraciones mecánicas. Su aplicación ayuda a prevenir el daño o fallo
estructural total.
Según
explican los ingenieros, la frecuencia natural del dispositivo se sintoniza
cerca de la frecuencia natural del sistema principal, provocando que el ASM
vibre en resonancia, disipando la energía absorbida a través de los mecanismos
de amortiguamiento del mismo. La cantidad de amortiguamiento suministrado
depende de la relación entre la masa del ASM y la masa efectiva del edificio. Los
valores en general rondan del 1% al 10% del peso del edificio.
Un poco de historia
El
concepto de amortiguador de sintonía de masas lo utilizó por primera vez, en
1909, el inventor alemán Hermann Frahm, para reducir los movimientos de
balanceo y vibraciones de los buques.
Después,
el concepto de amortiguadores de sintonía de masas ha atraído la atención de
investigadores de diferentes campos, para controlar vibraciones causadas por
diferentes tipos de excitaciones, entre ellas la originada por las ondas sísmicas.
De hecho, los primeros dispositivos de amortiguamiento especializados para
terremotos no se desarrollaron hasta la década de 1950.
Según
los anales de la ingeniería estructural, la primera edificación construida con
soportes para aislamiento basal se levantó, hace 45 años, en 1969 en Skopje, Yugoslavia. Se instalaron
grandes soportes de caucho en el edificio de tres pisos de la escuela
Pestalozzi, para alargar su período fundamental de vibración y reducir la
demanda sísmica.
Actualmente,
países como Japón, China, Estados Unidos, Canadá e Italia, lideran las
estadísticas de edificios protegidos con amortiguadores de sintonía de masas.
En América figuran México, Chile y Argentina.
Edificios
como el City Corporation de Nueva York, el Taipei 101 Skyscraper deTaiwán;
Shanghai World Financial Center de Shanghai, China; Torre de televisión de
Berlín, Alemania; Spire de Dublín en Dublín, Irlanda; el Puente Akashi-Kaikyo,
entre Honshu y Shikoku; el Tokyo Skytree, Yokohama Landmark Tower en Japón
entre otros, emplean amortiguadores de sintonía de masas.
El Policlínico
Diseñado
y construido por Estructuras Antisísmica EIRL – Ing. Jorge Lezama G., el
edificio del Policlínico social alemán Espíritu Santo tiene una planta con
irregularidades debido a la geometría del terreno. A esto hay que agregar que
tiene elevaciones también con irregularidades debido al desnivel existente en
el terreno y que llega hasta los cinco metros, entre el frente sobre la avenida
Arequipa y la parte posterior la calle Vilcanota. Todo esto permite a los
calculistas señalar que los tres modos de vibración que presenta el edificio
generan un alto componente de torsión.
En
el terreno ubicado sobre la sétima cuadra de la avenida Arequipa, se han
levantado dos pisos subterráneos y ocho pisos sobre la superficie, cada uno de
3.55 metros de altitud, es decir 1.15 metros más que la altura que tiene el
piso de una vivienda. Ello, para brindar una mayor ventilación al ambiente
hospitalario. El edificio desde la calle tiene una altura de 28.4 metros y
desde los cimientos, de 35.5 metros, equivalente a unos 14 pisos de un edificio
para vivienda.
El
sistema de protección sísmica en el edificio del policlínico social alemán
“Espíritu Santo”, está compuesto de dos amortiguadores de sintonía de masas. Cada
uno de ellos tiene un peso de cien toneladas. Están compuestos de caucho y
plomo. Han sido ubicados en los extremos del edificio para reducir también el
movimiento torsional.
De
acuerdo con lo explicado por el ingeniero Jorge Lezama Gavancho el fundamento
matemático del diseño del edificio y del sistema se basa en que la masa del
amortiguador debe sintonizar con la relación de frecuencias y que se tiene que
buscar sintonizar el amortiguamiento para la relación de frecuencias.
Ello
permite que las aceleraciones, producidas por un sismo, en el último piso
queden reducidas en algo más del 50%.
Cabe destacarse que la reducción de aceleraciones se da en todo lo alto de la
estructura y que ésta en el centro de masas, a lo largo, la reducción llega a
30% aproximadamente.
Igualmente
señala el ingeniero Lezama que la reducción de esfuerzos en las placas, en
promedio, es de 40%. Explica que es más difícil que una estructura incursione
en el rango plástico, en otras palabras, el material no se deforma con daño bajo la acción del
esfuerzo, cuando tiene amortiguadores de sintonía de masas.
En
cuanto al costo del sistema de amortiguadores de sintonía de masas, alcanza
apenas el 4.5% del costo total del edificio, que en este caso alcanzó los
386,497 nuevos soles de 8’669,780. El costo total de la obra, fue financiada
con aporte de benefactores alemanes y de los misioneros combonianos, que en
Arequipa son liderados por el sacerdote
José Schmidpeter.
Otro sistema
El
próximo año deberá estar en funcionamiento otro edificio con sistema de
protección sísmica. Se trata del City Center de Kimera Inmoviliaria, una de
cuyas torres tendrá 20 pisos.
Empleará
amortiguadores en la cimentación que permiten disipar la energía sísmica y
disminuyendo los desplazamientos laterales haciendo que los daños en
equipamiento y elementos no estructurales sean mínimos ante un sismo moderado o
severo.
En
este sistema de aislamiento sísmico los dispositivos son colocados en la base
de la estructura que la aíslan del terreno y disipan la energía del sismo.
(Diario
El Pueblo,12 noviembre 2014)


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