Hace
dos días la violencia política se hizo sangre en la campaña electoral. Tres
personas heridas de bala y otras más con elementos contundentes es el saldo de
la irracionalidad que se venido gestando a lo largo de la campaña electoral.
Es evidente que la polarización que ha generado la
segunda vuelta está crispando el ambiente nacional. Y lo está haciendo mediante
la violencia que no es otra cosa que el miedo de las ideas de los demás y poca
fe en las propias, como lo afirmara Martin Luther King, religioso estadounidense, víctima de
la violencia.
Siendo la violencia el miedo a los ideales de los demás,
es obvio que quien recurre a ella no tiene ningún argumento para defender su
posición.
Coincidimos plenamente con las expresiones del obispo
emérito de Chimbote, monseñor Luís Bambarén cuando afirma que los candidatos
que intervienen en la campaña de la segunda vuelta tienen que "dar el
ejemplo" a sus seguidores y ser responsables de la conducta de estos, pues
sino no serían verdaderos líderes. “Los dos tienen la obligación de ser
maestros, símbolos y ejemplo para nuestro pueblo. Un padre que educa a sus
hijos con violencia tendrá hijos violentos, un candidato que insulta y ofende
al rival, le dice también a nuestro pueblo que lo normal es insultar y
ofender".
Y
aunque los que protagonizaron el hecho que ha teñido de sangre la campaña
política del país, en el Cusco, se acusen mutuamente y no asuman su
responsabilidad, el país está conciente de cómo se ha gestado esta situación
extrema. El uso de adjetivos que descalifican al adversario, el empleo de
palabras altisonantes, las actitudes propias de matones que se exhiben, la
irritación con que se responden a los cuestionamientos, los anuncios de fraude
sin contar con las pruebas, la difusión de rumores, están de la raíz de estos
hechos violentos.
Quienes han estado gestando esta situación tienen la
responsabilidad de esta escalada violentista, que debe ser controlada.
A lo largo de la historia de la humanidad se ha
comprobado fehacientemente que la violencia es el último recurso del
incompetente.
Lo grave del asunto es que lo que se obtiene con
violencia, solamente se puede mantener con violencia. Por lo tanto si los
peruanos no tomamos conciencia de quiénes son los que alientan, promueven y
rinden culto a la violencia, con sus palabras y con sus acciones, estaremos
condenando al país a una situación que puede convertirse en imparable.
En estos días en los que los dos candidatos hablan de
cambios, pero que no exponen con claridad meridiana sus metas y programas, los
ciudadanos nos encontramos ante un proceso electoral donde vamos a emitir
nuestro vots, a la sombra del miedo, como en la época del oncenio del leguísmo,
en el siglo pasado.
La convicción que se debe tener para emitir el voto, cada
vez se aleja más, cuando la violencia se impone como argumento.
Es pertinente recordar, por otro lado que toda reforma
impuesta por la violencia no corregirá en nada el mal, pues el buen juicio no
necesita de la violencia para enrumbar a la sociedad.
El gobierno del presidente Toledo, tiene que adoptar, en
las próximas horas medidas que prevengan que hechos como los ocurridos en el
Cusco se propaguen al resto del país. Y lo tiene que hacer, porque hechos como
el que deploramos, causan grave daño al país y a la democracia.
Dante E. Zegarra López
(Diario Arequipa al día, 27 mayo 2006)

0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home