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Dante E. Zegarra López, Periodista, Arequipa (Perú)

martes, enero 16, 2018


La Columna del Director: ¡Alto a la violencia!

Hace dos días la violencia política se hizo sangre en la campaña electoral. Tres personas heridas de bala y otras más con elementos contundentes es el saldo de la irracionalidad que se venido gestando a lo largo de la campaña electoral.
Es evidente que la polarización que ha generado la segunda vuelta está crispando el ambiente nacional. Y lo está haciendo mediante la violencia que no es otra cosa que el miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias, como lo afirmara Martin Luther King, religioso estadounidense, víctima de la violencia.
Siendo la violencia el miedo a los ideales de los demás, es obvio que quien recurre a ella no tiene ningún argumento para defender su posición.
Coincidimos plenamente con las expresiones del obispo emérito de Chimbote, monseñor Luís Bambarén cuando afirma que los candidatos que intervienen en la campaña de la segunda vuelta tienen que "dar el ejemplo" a sus seguidores y ser responsables de la conducta de estos, pues sino no serían verdaderos líderes. “Los dos tienen la obligación de ser maestros, símbolos y ejemplo para nuestro pueblo. Un padre que educa a sus hijos con violencia tendrá hijos violentos, un candidato que insulta y ofende al rival, le dice también a nuestro pueblo que lo normal es insultar y ofender".
Y aunque los que protagonizaron el hecho que ha teñido de sangre la campaña política del país, en el Cusco, se acusen mutuamente y no asuman su responsabilidad, el país está conciente de cómo se ha gestado esta situación extrema. El uso de adjetivos que descalifican al adversario, el empleo de palabras altisonantes, las actitudes propias de matones que se exhiben, la irritación con que se responden a los cuestionamientos, los anuncios de fraude sin contar con las pruebas, la difusión de rumores, están de la raíz de estos hechos violentos.
Quienes han estado gestando esta situación tienen la responsabilidad de esta escalada violentista, que debe ser controlada.
A lo largo de la historia de la humanidad se ha comprobado fehacientemente que la violencia es el último recurso del incompetente.
Lo grave del asunto es que lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia. Por lo tanto si los peruanos no tomamos conciencia de quiénes son los que alientan, promueven y rinden culto a la violencia, con sus palabras y con sus acciones, estaremos condenando al país a una situación que puede convertirse en imparable.
En estos días en los que los dos candidatos hablan de cambios, pero que no exponen con claridad meridiana sus metas y programas, los ciudadanos nos encontramos ante un proceso electoral donde vamos a emitir nuestro vots, a la sombra del miedo, como en la época del oncenio del leguísmo, en el siglo pasado.
La convicción que se debe tener para emitir el voto, cada vez se aleja más, cuando la violencia se impone como argumento.
Es pertinente recordar, por otro lado que toda reforma impuesta por la violencia no corregirá en nada el mal, pues el buen juicio no necesita de la violencia para enrumbar a la sociedad.
El gobierno del presidente Toledo, tiene que adoptar, en las próximas horas medidas que prevengan que hechos como los ocurridos en el Cusco se propaguen al resto del país. Y lo tiene que hacer, porque hechos como el que deploramos, causan grave daño al país y a la democracia.
Dante E. Zegarra López
(Diario Arequipa al día, 27 mayo 2006)