En
los últimos días, los peruanos nos hemos encontrado en el ojo de la tormenta
como consecuencia de las intromisiones directas del presidente de Venezuela en
la política nacional. La situación generada por las agresiones verbales del
comandante Hugo Chávez, han creado un distanciamiento diplomático entre Perú y
Venezuela, que por el momento es difícil de salvar.
Es
evidente que el presidente Chávez, tiene un interés particular para adoptar la
agresiva actitud que ha mostrado. Desde hace meses, una de las piezas
fundamentales de su sueño “bolivariano” para lograr que en la región se
establezcan gobiernos parecidos a los que él encabeza, pasa por el Perú. No ha
tenido ningún rubor en mostrar abiertamente su preferencia y menos empacho para atacar violentamente a
los eventuales rivales de su protegido, un comandante como él.
Aunque
no es justificable tal actitud, se puede explicar la desesperación que muestra
el presidente venezolano ante una posible derrota de su protegido.
Lo
que resulta, a simple vista, menos explicable es el violento Editorial que el
último miércoles publicó el New York Times.
También
es una muestra de un nerviosismo que recorre los pasillos de Wall Street y de la
Casa Blanca ante el “inesperado”
desplazamiento hacia la izquierda de los gobiernos latinoamericanos, en los
últimos meses y la pronta formación de un mini-club petrolero latinoamericano,
con el beneplácito de su archienemigo el comandante Fidel Castro.
No es
la primera vez que el todo poderoso coloso de la prensa norteamericana adopta
una posición congruente con los intereses que defiende su país.
Lo
grave del asunto es que en su desmedido propósito de mostrar una imparcialidad
a prueba de fuego, se excedió y empleó un lenguaje sino calcado, muy similar al
exhibido, días antes por el presidente venezolano Hugo Chávez.
El
Editorial del NYT fue noticia en todos los medios, pero presentada sin mostrar
la gravedad de las afirmaciones que anónimamente se sostienen, como nos
permitimos hacerlo a riesgo de sólo satisfacer a nuestra conciencia y
responsabilidad periodística.
Un
Editorial es la opinión corporativa de una empresa periodística sobre un
determinado tema. La ausencia de firma del autor, hace presuponer que el
artículo refleja el pensamiento de la empresa periodística como tal. Aunque un
Editorial siendo opinión, no requiere la presentación de los hechos que la
avalen, se da por su puesto que existen las pruebas reales.
Allí
está el punto flaco que muestra el Editorial del New York Times que comentamos.
Hasta donde recordamos, este poderoso diario norteamericano no ha presentado
artículo periodístico de investigación que le permita deducir que son
verdaderos los hechos que da por ciertos. Es más, la justicia peruana en un
caso, en varias instancias, no ha comprobado ninguna de las acusaciones que
como rumor ronda el ambiente político, y en el otro caso las investigaciones
recién están comenzando.
La
única explicación razonable que se podría dar a la posición del NYT es que nuevamente
estamos ante la desastrosa simbiosis que hay entre la
Casa Blanca y las corporaciones de
noticias, como aquella que se inició el 8 de septiembre del 2002 y que sirvió
para avalar la guerra contra Irak.
Parece
obvio que nadie salga a protestar contra el Editorial del New York Times, en un
afán de mostrarse tolerante y hasta respetuosos de la Libertad de Prensa. Pero es
bueno remarcar que la libertad de prensa sin responsabilidad, también causa
daños al sistema democrático.
Dante
E. Zegarra López
(Diario
Arequipa al día, 5 mayo 2006)

0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home