El presente proceso electoral ha consolidado
la aplicación de las operaciones sicológicas como arma de las campañas
proselitistas. Éstas tienen treinta y cinco años de su empleo en nuestro país
con el refinamiento que comprobamos día a día. Sin embargo las Operaciones
Sicológicas a las que el periodismo y los políticos prefieren llamarlas
psico-sociales, han sido siempre el instrumento de lucha de diferentes pueblos
y culturas.
Durante la campaña electoral que el domingo 4
de junio terminará con la elección de un nuevo Presidente de la República , hemos podido
observar el uso de las operaciones sicológicas en sus diferentes niveles, cual
si fuera una guerra.
En determinados momentos las Operaciones
Psicológicas han servido como sustituto de la violencia, empleando el engaño y
el ardid para inquietar a los ocasionales adversarios, intentando debilitar su
voluntad de lucha. Luego, conforme avanzó la campaña política las Operaciones Sicológicas
han servido como multiplicadoras de la violencia y actualmente las están
empleando como elemento de sistematización de la violencia, poniendo énfasis
sobre la movilización de los sentimientos humanos y la estructura síquica del
ciudadano abocado a una permanente lucha social.
Quinientos años antes de Cristo, en China, un
tratadista militar, Sun Tzu, en su obra “Al Arte de la Guerra ” mencionaba que “la
verdadera guerra se realiza sobre la mente de los hombres y que si se conquista
es mente se ha ganado la guerra”. Y eso es lo que están haciendo nuestros
políticos.
Si nos ponemos a escuchar con detenimiento las
apelaciones, las declaraciones, los anuncios o los discursos de los candidatos,
así como si observamos, los gestos que acompañan a ellos, las circunstancias en
que los dicen, podremos comprobar cómo y en qué medida intentan manipularnos.
En algunos casos el burdo del empleo político
de esta arma que los ejércitos utilizan en las guerras, se aprecia cuando se
hacen afirmaciones, denuncias sin la sustentación de pruebas que las avalen o
cuando además se manipulan, se distorsionan las que muestran. Y es que los
ciudadanos cuando no estamos alertas y no cuestionamos a nuestros políticos,
somos víctimas de sus mentiras. Ya Joseph
Goebbels, ministro de Propaganda de la Alemania nazi decía: “Miente, miente, que algo
quedará”. Y efectivamente, queda mucha duda.
Somos
testigos de excepción, en estos días, del empleo de las técnicas y tácticas en
las que las Operaciones Sicológicas en
la campaña política a través de tres medios: la propaganda, la agitación y la
información.
Debemos
tener presente que la propaganda empleada como elemento primario y esencial de
las Operaciones Sicológicas, consiste en el uso planeado de cualquier forma de
comunicación destinada a afectar las mentes con el objeto de incidir en el
comportamiento de la población con fines y propósitos específicos.
Estamos
también presenciando el uso de la agitación, es decir la incitación a la acción
espontánea. Ya sabemos que ella se logra o explota el momento oportuno para el
pase a la acción. Claro está que para ello se requiere la población haya sido
preparada, en especial por la propaganda.
Los
ciudadanos que no deseamos ser blanco de las Operaciones Sicológicas y que
deseamos emitir un voto conciente y sereno este domingo, debemos estar alertas
a toda la información que se nos brinde en estos días, filtrándolas a través de
cuestionamientos lógicos, más allá de nuestras simpatías o nuestras antipatías,
rechazando el rumor y las afirmaciones que se hacen sin pruebas concretas. No
nos olvidemos que los políticos empeñados en gobernarnos están haciendo uso de
los recursos de la guerra, con elementos formados para ello.
Dante E.
Zegarra López
(Diario
Arequipa al día, 31 mayo 2006)

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